Un idioma con tanta historia no podía menos que guardar un montón de curiosidades, características y anécdotas que pocos conocen, de esas que no se suelen contar en los cursos de español.
A pesar de la creencia generalizada de que el castellano se hablar mayoritariamente en el sur de América y en España, la verdad es que es idioma oficial en países de los cinco continentes. En África, el español es lengua oficial en Guinea Ecuatorial; en Asia, Filipinas no lo tiene como idioma oficial pero su aprendizaje se promueve y un gran número de la población lo habla; también es la isla de Pascua en Oceanía. Por algo es el segundo idioma más hablado del mundo.
En lo que respecta a palabras y letras, el español da para mucho. El número total de palabras que recoge la RAE es de 88.000, y aunque parece una cifra muy elevada, se queda corta si lo comparamos con otros idiomas como el inglés, que cuenta con 350.000 palabras.
De las más de 88.000 palabras que existen en castellano, las más utilizadas (sin contar conjunciones, artículos y preposiciones) por los hispanohablantes son vida, años, gobierno y casa. De todas las que se manejan, la más larga es “Electroencefalografista, con 23 letras.
Entre las letras las que más se repiten son la E, la A, la O, la L y la S. Aunque muchos aún no lo saben y algunos ni siquiera llegaron a conocerla, el abecedario español tuvo dos letras más hasta 1994, año en que la RAE eliminó las letras ‘Ch’ y ‘Ll’.
La polémica Real Academia merece ser mencionada por su influencia sobre el idioma español, principalmente en España. Murciégalo, vagamundo, requetebién, setiembre, o bebestible son palabras que a simple vista están mal escritas, pero comparten otra cosa: la RAE las reconoce oficialmente, por lo que su uso está aceptado. Pero ‘cocreta’ sigue estando mal dicho.
Historia del español
El primer escrito relacionado con el castellano data del año 959, y se atribuye a un monje del monasterio de San Justo y San Pastor, en La Rozuela. El religioso garabateó las primeras palabras que se conocen escritas en castellano para apuntar su listado de víveres y entregas de quesos. Por ello, se conoce como el ‘Nodicia de Kesos’.
Aunque es una buena historia, respecto a este tema del primer escrito existe mucha discrepancia. Muchos expertos aseguran que el primer texto antesala del castellano fueron las Glosas Emilianenses; la RAE sostiene que fueron los escritos conocidos como Cartulario de Valpuesta; y hay muchas más teorías.
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